lunes, 27 de julio de 2009

CAMBIO DE TRINCHERA

Alfredo Vera* Quito, 26 de Julio, 2009

Pasado un tiempo prudencial, “colchón” que llaman, retorno y retomo uno de los flancos básico de la permanente trinchera de mi accionar personal: a través de estos artículos periodísticos que utilizo la vía cibernética, para llegar a centenares de direcciones (deséenlo o no), usando sin abuso la libertad de expresión, que no ha de ser privilegio de los que son dueños de los medios formales de comunicación, y lo hago gracias a la tecnología cíber que nos permite incluir la grabación en audio de estos textos.

Terminé una jornada cívica gubernamental adonde acudí con la intención de luchar contra la corrupción y por la transparencia de gestión en cualquier sector donde se produjera una acción u omisión que perjudicara a un ciudadano.

No es ético ponderar o resaltar lo cumplido o lo defraudado, pues eso queda al veredicto de los demás: beneficiarios o perjudicados de esa acción, de donde lo que importa es salir sin manchas, para poder seguir reflexionando con la conciencia, las manos y los bolsillos limpios.

No olvidar lo que dijo alguna vez Rodrigo Borja (no se si original o no, pero sí verdadero) que el bolsillo es la víscera mas importante para aquellos adoradores del becerro de oro, “pelucones” que hoy decimos.

Son esos que aquí, como en Honduras, Cuba, Venezuela, Estados Unidos (vale decir: en el mundo entero) no se resignan a perder sus privilegios, de cuya disminución depende, en relación directamente proporcional, que impere algo de justicia social: lucha eterna y desigual que se libra en todo el mundo y desde épocas inmemorables.

Que en algunos Lares se haya llegado a controlar a los demonios capitalistas, aquellos que no tienen dios, patria, ni ley, que no sea la de acumular riqueza a costa del sacrificio de otros, de esos que llegan en la escala inferior a niveles de miseria intolerable, solamente significa que la victoria no es imposible, pero siempre difícil, demandando enormes sacrificios y lucha permanente desde todas las trincheras, por modestas que parezcan.

Hoy mismo se conmemora la fecha histórica que cambió el rumbo de la realidad latinoamericana y aun mundial: el asalto en 1953, por un grupo de intrépidos, inteligentes y valerosos jóvenes, comandados por Fidel Castro, a los cuarteles Moncada y Céspedes, acto frustrado pero que marca el inicio de la mas importante revolución armada y proceso de cambio radical que allí está latente, fulgurante y victoriosa: la Cuba de Marti.

También por estas fechas se libra una tremenda batalla cívica en Honduras donde se interrumpió por la vía de un golpe militar, con los más ridículos pretextos, al más puro estilo pinochetista de hace 4 décadas, cuando las embajadas norteamericanas, con la mano ejecutora de la CIA, derrocaban gobiernos para instalar títeres encargados de agudizar la explotación a las clases medias y populares y consagrar los privilegios de los pelucones y las transnacionales.

El Presidente derrocado Zelaya y su pueblo combativo han optado por una vía civil, cívica, y no armada, para evitar derramamientos de sangre, como ocurrió siempre cuando el ciudadano inerme enfrenta a ejércitos especializados y fuertemente armados.

Los patriotas hondureños, que enfrentan a la tradicional alianza: oligarquías plutocráticas-fuerzas armadas-Embajada Norteamericana-empresas transnacionales, confían en sus propias fuerzas y capacidad de resistencia, puesto que la movilización internacional que como nunca antes se pronunció radicalmente condenando el golpe, como la OEA, la ONU, el ALBA, la CAN, la UNASUR, el MERCOSUR, la COMUNIDAD EUROPEA, etc. no pudo neutralizar a los golpistas que se mantienen amenazando con una genocida masacre popular y sin reconocer la ilegalidad e ilegitimidad de su traidora y artera acción que sigue contando con el apoyo norteamericano.

La señora Clinton ha llegado lejos al criticar la resolución del Presidente Zelaya de regresar pacíficamente a su despacho presidencial a cumplir su mandato para el que fue electo en las urnas por mayoría popular: contradice las proclamas del Presidente Obama que hoy queda en mal predicamento cuando se debe poner en duda quién es el que manda en esa gran nación.

La derecha pelucona internacional trepida de miedo porque es innegable que se hace realidad aquella proclama popular que pone en alerta anunciando que camina la espada justiciera y libertaria de Bolívar por América Latina que, además de alcanzar pequeñas y grandes conquistas de equidad materializa lo que es más importante: la integración de nuestras naciones.

Zelaya ha tenido una enorme dosis de paciencia, que no es debilidad, por su enorme convicción democrática y pacifista y ha hecho atención a los sospechosos intentos de mediación del Presidente costarricense, pero todo tiene un límite, y mientras no cambie su objetivo pacifista, tiene derecho, junto a su pueblo, a intentar todos los procesos posibles.

Para revelar estas apreciaciones es que sirve perseverar en este cambio de trinchera.-


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