domingo, 28 de septiembre de 2008

GRANDEZA Y MISERIA

Alfredo Vera.- Quito, Julio 13, 2008.- Si los pueblos y las sociedades están integrados por seres humanos y el misterio de la naturaleza de este animal racional es que al mismo tiempo sea capaz de albergar sentimientos y conductas de grandeza y de miseria, no debemos llenarnos de histeria, ni rasgarnos las pocas o muchas vestiduras que poseamos, al pasar revista de los acontecimientos que culminan con la inobjetable y contundente victoria del SI en el Ecuador.

Grandeza de esa mayoría ecuatoriana que no se dejó robar la esperanza, a conciencia de que la tarea de aplicar un nuevo modelo revolucionario ciudadano, recién comienza; que las alforjas se van a ir acomodando en el camino, y que unidades porcentuales, en más o en menos, obtuvo una cuarta victoria electoral consecutiva.

Grandeza de que una muy grande parte de esa mayoría, siendo practicante de la fe católica y religiosa, no se dejó embaucar por las cúpulas que se alinearon políticamente con la extrema derecha económica, para descalificar todo el texto constitucional, sin excepcionar ni un artículo.

Grandeza de los equipos promotores del SI encabezados por el liderazgo de Rafael Correa, que no se dejaron provocar, como era la intención de los ultraderechistas para manchar de sangre el proceso.

Grandeza de las instancias del Estado encargadas de llevar con transparencia y limpidez, eficacia y eficiencia, un proceso electoral que no pudo ser manchado por falsas acusaciones.

Corolario de una grandeza individual, los gestos que hoy tuvo Correa para visitar a Alberto Acosta y el llamado a la oposición sensata, no a los envenenados por el odio y el miedo, a aunar esfuerzos para construir una patria nueva.

Miseria la de los promotores de la campaña sucia, los propaladores de las mentiras sobre el abortismo, los matrimonios gay, la agresión a la educación religiosa, la despenalización del tráfico de drogas y que culminó en las ultimas horas con una hemorragia de llamadas piratas a los teléfonos estacionarios para atemorizar a los ciudadanos.

Miseria politiquera del chantaje propiciado por Nebot, pretendiendo conseguir adhesiones al minúsculo no, bajo la amenaza de renunciar con piola de la Alcaldía, que de todas maneras se le acaba, si en Guayaquil ganaba el SI. Y ahora que el SI le ganó al no empieza, impúdica y mañosamente, a sumar votos que no le pertenecen (nulos y blancos), para evadir el compromiso público de irse si perdía ¿y perdió o no?. Estamos frente a un nuevo lleve como el de la Perimetral, ahora el de la fe pública.

Miseria de robo y explotación de imagen, la que hicieron los envenenados al deportista olímpico, Jefferson Pérez, demostrando que no respetan a nadie.

Miseria comunicacional, pues no aparece indicio alguno de intento de rectificación de los actores políticos enquistados en los medios y que fueron el centro y líderes de la descarada oposición, cacareando neutralidad: Veamos si algo de pudor, aunque sea falso, modifica la conducta de Jorge Ortiz, Carlos Vera, Emilio Palacio y Alfredo Pinargote o de una vez se candidatizan para representar a la amargada y derrotada derecha.-

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lunes, 22 de septiembre de 2008

DULCE AGONÍA

Alfredo Vera.- Quito, Septiembre 23, 2008.-

Hasta los oligárquicos pájaros agoreros del desastre admiten que el SI alcanzará una victoria inobjetable que pondrá al Ecuador en el camino de la Revolución Ciudadana.

Lo correcto, si tuvieran, por ética y por el mayor de los sentidos: el común, fuese que los adversarios se aprestaran a terminar sus días en medio de una serena, tranquila, sosegada y dulce agonía.

Lo civilizado y lo democrático es allanarse con resignación y tolerancia a la derrota, sin desatar la soberbia, ni permitir que las poses histéricas los hagan caer en el más oprobioso ridículo.

Los derechosos opositores a la Revolución Ciudadana hicieron hasta lo imposible para tratar de impedir el deceso de su causa usando todas las armas, desde la pesada artillería de algunos de los obispos predicando campalmente, sin argumentos y con falsedades, contra la nueva Constitución, anunciando el Apocalipsis hasta las rabietas de los retoños de los pelucones provocadores en la Universidad Católica de Guayaquil y las amenazas del líder cantonal, Nebot (el recordado por el lleve de la Perimetral) y el show mediático de Roldós que revela su verdadera identidad política, todo lo cual fue cayendo de fracaso en fracaso.

Dio ternura ver al pequeño Carlos Vera autorganizándose un sentimental homenaje alcurnioso, para reunir a la peluconada en un prestigioso y lujoso espacio, en un tardío manotón, típico reconocimiento póstumo, recibiendo la extrema unción pera el Comité Central de los derrotados, en cuya primera línea constan los otros pequeños Jorge Ortiz y Emilio Palacio y ese costal de amargura rencorosa, Alfredo Pinoargote.

Las peregrinaciones, las catequesis, las vulgaridades por Internet, los exorcismos, las brujerías, las encuestas falsetas y todas esas malas prácticas politiqueras, se convirtieron en simples pompas de jabón porque la chusmática plebe, el verdadero pueblo ciudadano, hace fuuu que escogió su camino, conducido por si líder Correa, para construir un sueño, como el que vaticinó el Ché Guevara, cuando dijo un célebre pensamiento, que hoy se vuelve más auténtico que nunca:

“Y si dijera que somos casi unos románticos, que somos unos idealistas insistentes, que estaremos pensando en cosas imposibles: nosotros les tenemos que contestar una y mil veces que sí, que sí se puede.”

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* En el blog encuentra toda la colección de artículos del autor

martes, 9 de septiembre de 2008

AMOR AL DOLAR

Alfredo Vera.- Quito, 9 de Septiembre, 2008.-

El Ecuador tuvo que pasar la crisis de la sucretización de la deuda privada externa en dólares, que provocó una inmensa afectación y más tarde el feriado bancario convertido en el más grande atraco de la historia ecuatoriana, con el desate de una inflación galopante, para que se aterrice en la dolarización.

¿Al amparo de qué norma constitucional o por lo menos de qué ley se eliminó la moneda nacional, el sucre, cuya vida tuvo vigencia por más de un siglo, para sustituirla por la moneda patrón continental, el dólar?

Señalo esta realidad para evidenciar la falacia de los enemigos de la nueva Constitución que critican el que no se haya incluido un artículo específico que diga con exactitud cuál es la moneda nacional y, claro, los amantes masoquistas y empedernidos del dólar tienen la genuflexa ambición de que conste esa moneda como “nacional” por sécula seculórum y chillan con histerismo ante el riesgo de que algún día, por lejano que sea, el Ecuador, en acto de plena soberanía, decida adoptar una moneda verdaderamente nacional.

Y pretenden, como aprendices de pitonisos agoreros, atemorizar a la gente diciendo que la nueva Constitución dizque se propone quitar de inmediato la dolarización.

Es obvio que para desaparecer el sucre y enchufarnos el dólar no se basaron en ninguna norma constitucional ni legal: lo hicieron los neoliberales porque les dio la regalada gana y entonces, para disfrute glorioso de los que se les caen las babas por todo lo que sea gringo, no se diga la moneda verde, se arrasó todo procedimiento jurídico o ético para llevar la devaluación y fijar en 25 mil sucres el precio de un dólar, cuando estaba a 5 mil sucres y licuar a la quinta parte de su valor el patrimonio personal, familiar, empresarial y nacional.

¿Cuánto dinero perdiste, ciudadano, en esta portentosa y perversa operación que sólo benefició a los tenedores de dólares?

¿Alguien recuerda algún pelucón emitiendo chillidos o alaridos histéricos en solidaridad con las víctimas que perdieron el 80% de su patrimonio?.

Ahora levantan el fantasma de la desdolarización para utilizar esta campaña falaz con fines electoreros.

Son tan insensatos que pretendían que en la nueva Constitución se incorpore una moneda ajena, propiedad de otro país, para que no sólo perdamos el vasallaje sino también la dignidad y la soberanía arrastradas como trapo sucio, con tal de seguir de súbditos del dólar.

Hipocresía y doble discurso, porque no les importó que en la Constitución de 1998 dijera que “la moneda nacional es el sucre” para violarla sin escrúpulos e imponernos una moneda diferente.

Estos enemigos de la nueva Constitución no tienen conciencia ni vergüenza, sólo se apasionan por su amor al dólar.-

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