domingo, 19 de abril de 2009

VENTANA ABIERTA

Alfredo Vera* Quito 19 de abril de 2009.

El hemisferio americano decidió abrir la ventana y por este gesto de voluntad colectiva se marca un hito cuya vigencia histórica dependerá de la decisión de cambio sustantivo y terminante que asuman los gobernantes reunidos en la cumbre de Trinidad Tobago y que las decisiones que adopten y las acciones que cumplan sean consecuentes con las proclamas, que no pueden ser distintos entre el hacer y el decir, para no caer en la pura retórica.

La habitación continental, que por siglos ha acumulado pésimos olores de variado y nauseabundo pelaje, no va a reciclar el aire pesado, pecaminoso, de un día para otro, por el solo hecho de que se abra una ventana: el cambio, también del aire, es un proceso que debe forjarse con la lucha de muchos, por no decir de todos.

No será fácil enterrar para siempre los vicios engendrados por el "capitalismo salvaje", por la insensatez de aplicar la política del "gran garrote" y las secuelas del unipolarismo y el neoliberalismo, que fueron posibles también por la complicidad de los genuflexos "Chicago-boys " bajo control de los agentes desparramados por nuestra América.

Los líderes del cambio, que cada vez son más, deberán luchar con denuedo, vigor y perseverancia si quieren cumplir los sueños de las transformaciones, y deben neutralizar a los ladrones de esperanzas, que son los mismos que han saqueado los fondos públicos para dar gusto a su insaciable gula de poder.

Los que se identifican con verdaderas ideas de transformación revolucionaria deberán también sortear a esos tremendistas, que no son izquierdistas y tampoco radicales: simples fundamentalistas que se nutren de odios, rencores y frustraciones porque la realidad no es como la que ellos se imaginan y "demandan" que los cambios se produzcan mágicamente, de un segundo a otro, confundiendo inmediatez superficial con transformación estructural profunda, a la que se puede llegar con firmeza y racionalidad para no fracasar y traicionar a las grandes mayorías destinatarias de los sacrificios y desvelos de los soñadores que no pueden volver a "a arar en el mar", como dicen se lamentó el gran genio de América, Simón Bolívar,

No se trata de amarrarse al pasado ni borrarlo: debe de hablarse de cambiarlo y lo que se hizo mal, hacerlo de otra manera, para no repetir las injusticias imperantes y conducentes a la brutal crisis que agobia al mundo entero.

Identificar bien y aislar a los pretenciosos que se creen dueños de la verdad porque no viven en la realidad.

Ventana abierta para que entre aire fresco, nuevo, de cambio, desvinculado del egoísmo, la perversidad, el odio, la mentira.

Aire de transformación apasionada por la solidaridad, que es amor compartido.

Autorizada su reproducción

jueves, 2 de abril de 2009

P A R T I D O C R A C I A

Alfredo Vera* Quito abril 2, 2009

Fracasada la utilización de todas las posibles armas arteras que ensaya la oposición para tratar inútilmente de afectar la segura victoria de Correa en la primera vuelta de las elecciones del día 27, están apelando a la acusación de que su gobierno estuviese infiltrado, agredido, atrapado por la partidocracia o que estuviese apelando a su utilización.

Con menor o mayor insistencia pretenden usar mi nombre, entre otros varios, para dizque demostrar que soy del ala partidocrática que pudiese tener el gobierno.

Cuando éramos niños jugábamos diciendo: “un partidócrata me partidocratizó, siendo más partidócrata que yo”.

Ridícula torpeza es querer decir que porque alguien fue activo militante y consecuente dirigente de un partido político y fue leal a su ideología y proyecto político, se lo pude ubicar como miembro de la partidocracia.

Y lo más adefesioso es que quienes actualmente se quieren identificar como militantes de un partido o aspirante a político, utilicen como estigma que otras personas hayan sido militantes o dirigentes de un partido.

Para descubrir un auténtico “partidócrata” hay que ver, entre otras cosas, si es un cambia-camiseta empedernido: el que quiera escupir para arriba tiene que empezar por mirarse el pellejo y registrar como cicatrices, cuántas veces por ambicioso, por oportunista, por renegado y desertor cambió su camiseta por un plato de lentejas y podridas.

Para pertenecer a la partidocracia hay que ser pelucón de nacimiento o por afición, oligarca económico o mental, discriminador, arribista, prepotente, esbirro.

Para destacarse como partidócrata hay que carecer de ideología, de patria, de lealtad; hay que adorar al becerro de oro, desconocer el concepto de soberanía, de dignidad.

Hay que pactar con el enemigo de clase, con los privilegios, con los explotadores, con los grupos de poder, con los corruptos, con los tránsfugas, con los que se han envilecido por obtener una migaja de influencia.

Un genuino partidócrata es el que se vende al mejor postor, el que se prostituye porque un alcurnioso le pase la mano por el lomo. Por salir en letras de molde, por verse en la pantalla chica, por hablar tras un micrófono.

Partidócrata es un pobre sujeto que no tiene historia que defender, que carece de ancestros morales y éticos, que desprecia su descendencia, que no tiene amigos a quienes mirar de frente a la cara sin avergonzarse, que tiene doble discurso, que usa el puñal de la traición, que ignora la humildad, que desconoce la grandeza del amor.

Es aquel individuo tan mediocre que no es capaz ni siquiera de chantarse este guante que le calza como anillo al dedo.-

Autorizada su reproducción