jueves, 2 de abril de 2009

P A R T I D O C R A C I A

Alfredo Vera* Quito abril 2, 2009

Fracasada la utilización de todas las posibles armas arteras que ensaya la oposición para tratar inútilmente de afectar la segura victoria de Correa en la primera vuelta de las elecciones del día 27, están apelando a la acusación de que su gobierno estuviese infiltrado, agredido, atrapado por la partidocracia o que estuviese apelando a su utilización.

Con menor o mayor insistencia pretenden usar mi nombre, entre otros varios, para dizque demostrar que soy del ala partidocrática que pudiese tener el gobierno.

Cuando éramos niños jugábamos diciendo: “un partidócrata me partidocratizó, siendo más partidócrata que yo”.

Ridícula torpeza es querer decir que porque alguien fue activo militante y consecuente dirigente de un partido político y fue leal a su ideología y proyecto político, se lo pude ubicar como miembro de la partidocracia.

Y lo más adefesioso es que quienes actualmente se quieren identificar como militantes de un partido o aspirante a político, utilicen como estigma que otras personas hayan sido militantes o dirigentes de un partido.

Para descubrir un auténtico “partidócrata” hay que ver, entre otras cosas, si es un cambia-camiseta empedernido: el que quiera escupir para arriba tiene que empezar por mirarse el pellejo y registrar como cicatrices, cuántas veces por ambicioso, por oportunista, por renegado y desertor cambió su camiseta por un plato de lentejas y podridas.

Para pertenecer a la partidocracia hay que ser pelucón de nacimiento o por afición, oligarca económico o mental, discriminador, arribista, prepotente, esbirro.

Para destacarse como partidócrata hay que carecer de ideología, de patria, de lealtad; hay que adorar al becerro de oro, desconocer el concepto de soberanía, de dignidad.

Hay que pactar con el enemigo de clase, con los privilegios, con los explotadores, con los grupos de poder, con los corruptos, con los tránsfugas, con los que se han envilecido por obtener una migaja de influencia.

Un genuino partidócrata es el que se vende al mejor postor, el que se prostituye porque un alcurnioso le pase la mano por el lomo. Por salir en letras de molde, por verse en la pantalla chica, por hablar tras un micrófono.

Partidócrata es un pobre sujeto que no tiene historia que defender, que carece de ancestros morales y éticos, que desprecia su descendencia, que no tiene amigos a quienes mirar de frente a la cara sin avergonzarse, que tiene doble discurso, que usa el puñal de la traición, que ignora la humildad, que desconoce la grandeza del amor.

Es aquel individuo tan mediocre que no es capaz ni siquiera de chantarse este guante que le calza como anillo al dedo.-

Autorizada su reproducción

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