GRAN DESAFÍO

Alfredo Vera.- Quito 5 de Octubre, 2008.
El lunes 29 de septiembre, acudí invitado a Radio Centro, y no pude abstenerme de comentar acerca del resultado electoral del día anterior, aunque no fuese el tema de la entrevista.

Apelando al concepto científico dialéctico, de que no puede dejar de existir un opositor, aduje que la felicidad del derechista Alcalde Nebot de Guayaquil, irradiada por todos los canales de televisión hasta la madrugada, porque había tenido una extraordinaria victoria y derrotado a Correa. Sostuve que daba lugar a suponer que la historia, tan contradictoria e impredecible, había ubicado al neoliberal líder urbano ante la necesidad de asumir, si tenía los arrestos requeridos, ante un dramático gran desafío.

Afirmé, a los entrevistadores y a los oyentes de esa radio, que me sentía complacido porque, recuperando su liderazgo nacional, Nebot iba a aglutinar a todos esos grupúsculos e iban a poder emprender una hoja de ruta para no dar palos de ciegos y asumir su verdadera identidad.

Durante toda su vida Nebot, ha querido irradiar una imagen de madera de guerrero, bravo, agresivo, portador de los atributos machistas de los berracos guayaquileños, y tendría hoy la oportunidad de aceptar ese histórico desafío para asumir la candidatura presidencial y enfrentar a Correa en las elecciones que se avecinan.

Desde el andarivel de enfrente, el dirigente máximo de los socialcristianos, Pascual Del Cioppo, coincidía en la idea de que esta era la oportunidad propicia para que el Alcalde recupere su dimensión como líder nacional pues, a diferencia del pasado, estaba solo y sin obstáculo en la carrera hacia la candidatura única de la derecha, con capacidad de aglutinar a los opositores que tienen, como es lógico, diversidad de origen (no es lo mismo y tienen diferentes connotación la oposición de la cúpula de la iglesia con las prioridades de la Cámara de Comercio; o, del partido socialcristiano con las del grupo de Álvaro Novoa).

No es que el liderazgo de una persona produzca el milagro de que todos piensen, sientan y defiendan intereses iguales, pero es quien puede dialogar con todos los que le otorguen credibilidad y pueda interpretar lo consensuado entre ellos.

¿Qué ventaja para el país tendría esta racionalidad? Pues que, finalmente, la oposición deje de ser cavernaria, atrabiliaria, inconsistente y sustentada en mentiras, en realidades inexistentes y hasta en calumnias.

Fíjense en lo que acaba de suceder: La cúpula de la iglesia utilizó tres mentiras para oponerse al SÍ, que nunca pudieron comprobarlas: el abortismo, el matrimonio homosexual, el ataque a la educación religiosa. El sector financiero utilizó otra mentira: la de la desdolarización. Los jóvenes de la universidad católica de Guayaquil, quisieron replicar lo de Venezuela, provocaron con violencia incidentes y no pudieron convencer que ellos fueron agredidos y no agresores.

Esos temas tuvieron siempre la presencia solapada, no frontal, del líder Nebot y, como es evidente, por las cifras electorales, fracasaron rotundamente.

Hubo falta de proposición en la acción de los opositores, falta de planificación, falta de criterio, falta de sentido común, desapego a la realidad. Por ese camino van a seguir dando palos de ciego, como la de pretender conseguir, por ejemplo, que Alberto Acosta lídere a la derecha.

Correa lidera una propuesta, que tiene hoja de ruta que se cumple progresivamente, con proyectos definidos y que los concreta bajo la denominación de “Revolución Ciudadana” con claro tinte socialista, dando preferencia a la ejecución de su propuesta más que al debate ideológico.

¿Qué propone la oposición? Nadie lo define, nadie lo dice, nadie lo lidera. “Están en contra de los que están a favor y en contra de los que están en contra”: siempre enojados, siempre bravos, dando la impresión de que están amargados.

La próxima contienda electoral ya no es por una propuesta constitucional sino por la designación de quienes van a dirigir los poderes a nivel nacional y seccional. De la revolución ciudadana su líder natural es Correa. De la oposición ¿quién va a ser?.-

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