sábado, 23 de mayo de 2009

EL LLEVE DEL MALECON

Alfredo Vera, Quito mayo 24, 2009.

Quienes conocen Guayaquil, recordarán su largo límite occidental bañado por la Ría Guayas (no “río” porque es de agua salada), la llamada hace dos siglos “calle de la orilla”, sobre la cual se fue construyendo a lo largo de la historia un malecón al que le fue asignado el nombre de “Simón Bolívar”.

Conocerán que hace 20 años hubo un gran escándalo porque Jaime Nebot, el hoy Alcalde de Guayaquil y entonces Gobernador provincial nombrado por Febres Cordero, fue acusado de generar una gran carretera de circunvalación que terminó en un atraco denominado el “lleve de la Perimetral”. Obra importante con utilidades.

Consistió en que Nebot desvió el trazado de la vía periférica a la ciudad para que pase por un territorio de su propiedad, “La Orquídea” para beneficiarse de la plusvalía, además de que hubo trampa en la contratación y sobreprecio en la valoración.

“El lleve” se convirtió en la identidad del partido social cristiano, extrema derecha y neoliberal.

Nebot intentó 2 veces llegar a la presidencia, pero fue aplastado en las urnas y asumió el liderazgo cantonal de Guayaquil y desde el Gobierno urbano quiere levantar un movimiento separatista, autonomista, para desligarse del Ecuador y pretender convertirse en el Singapur latinoamericano.

Si en el pasado, por razones de voracidad económica, Nebot cometió el “lleve de la Perimetral”, hoy, por razones de extravío histórico, a 200 años de la presencia de Simón Bolívar en Guayaquil, donde se encuentra con José de San Martín, Nebot quiere cometer otro atraco, con hipócrita trasfondo separatista, quiere cometer otro delito: el “lleve del Malecón Simón Bolívar”.

Febres Cordero, alcalde predecesor, se juntó con Nebot para inventar un suculento proyecto de ampliar y ganarle a la ría millones de hectáreas y crear una Fundación privada a la que llamaron “Malecón 2000”, en el que ganaron muchísimo dinero en una operación económica constructiva. Otra obra de León importante con muchas utilidades.

Ahora Nebot deviene en neohistoriador, porque bobo no es, y a la vez que desbolivariza a Guayaquil, porque Bolívar es un libertador comunista al que admiran los del Eje del Mal, y sirve de pésimo ejemplo para los levantiscos que hablan de una segunda independencia, comete la avilantez de querer cambiar el nombre del Malecón Simón Bolívar para ponerle el de León Febres Cordero, no el prócer de la Independencia, León de Febres Cordero y Oberto admirador de Simón Bolívar, sino el del Presidente que dio lugar para que a Nebot lo amotejen de “cachorro” y al que se investiga por violación a los derechos humanos.

Y así como al aeropuerto de Guayaquil le quitó el nombre de Simón Bolívar, ahora quiere quitárselo al Malecón, desconociendo la Ordenanza Municipal del 7 de Agosto de 1936; nombre que se usaba desde 1825, en homenaje al célebre encuentro que tuvo allí el Libertador con José de San Martín que llegó por la ría el 26 de Julio de 1822, encuentro que se rememora con el monumento que se inauguró en 1936 y que desde entonces se convirtió en el símbolo identificatorio de Guayaquil.

Bien hizo el defensor del pueblo Fernando Gutiérrez en acusar a los disolventes de la identidad nacional por violación hoy condenada por la Constitución que en su Art. 379 establece que el Estado salvaguardará, entre otros, los monumentos históricos que deben ser conservados como Patrimonio Nacional.

Capaces estos atrabiliarios, acostumbrados al “lleve” de hasta la historia, a intentar sustituir el monumento de Bolívar y San Martín por el que fuera, y aún sigue dando coletazos, el famoso “dueño del país”.-

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