domingo, 14 de junio de 2009

A L B A

Alfredo Vera* Quito,14 de junio, 2009

NOTA PREVIA que escribo para hacer una “Aclaración a la ACLARACION” que publicó El Comercio, el viernes 12, en la que niegan que me hayan vetado la publicación pagada en la que hacia una síntesis del tema monitoreo: He hecho circular a los demás medios la prueba de que vetaron el texto, argumentando que yo usaba la “ofensiva” palabra “periodiqueros” definiéndola como el híbrido entre periodista y politiquero.

Digo: al que le calce el guante, aunque haga trampa, que se lo chante.

Ellos se desquitan mintiendo.

Así es como pratican la “libertad de expresión” y quien tiene la razón no necesita ese tipo de “libertad”.

La verdad se abre camino y finalmente se impone. Según el evangelio, nos hará libres.

Vamos por buen camino, la verdadera libertad, que no tiene precio ni depende de la voluntad omnímoda del propietario de la empresa
terminará venciendo.

ENTRAMOS EN MATERIA para sostener que el ALBA nació propuesta entre Cuba y Venezuela para la integración de pueblos, en igualdad de posiciones para confrontar y convertirse en alternativa en contraposición al ALCA que era una integración de empresas entre Estados Unidos y gobiernos sumisos dispuestos a entregarse a la voracidad de las transnacionales.

El instinto que impulsó a los mercaderes a la suscripción de los convenios del ALCA gringo, con el embrujante nombre de Tratado de Libre Comercio, fue la medición de un mercado de 800 millones de habitantes con un producto interno bruto de once billones de dólares disponibles para ser introducidos en el embudo triturador. La herramienta oficial era la “privatización” de todos los prestadores de servicios; crear la ilusión de la competitividad de los más fuertes contra los desnutridos analfabetos; apoderarse de la propiedad intelectual de las raíces ancestrales; patentar y sacarle el jugo a los bienes criollos; desbaratar los procesos productivos locales, inundando los mercados de productos abaratados con subsidios hasta destruir a los empobrecidos productores mestizos y luego, sí, nivelar los precios.

A diferencia, el ALBA nació pensando en los seres humanos. Ningún negocio de por medio: el predominio de la solidaridad con alto espíritu de fraternidad.

Miles de jóvenes pobres estudiando gratuitamente en la Escuela de Medicina de Cuba; decenas de miles de afectados por cataratas y otros males de la vista operados gratuitamente en La Habana, Caracas y los hospitales oftalmológicos gratuitos regados por America Latina (3 en Ecuador); centenares de miles de iletrados del continente alcanzando la luz del saber con el programa alfabetizador “Yo sí puedo”.

El ingreso del Ecuador al conjunto de países del ALBA, que crece con vigor atlético, mientras el ALCA está muerta (porque Obama terminó ignorándola) es un gran paso hacia la integración de los pueblos del continente, acto que es criticado y condenado por los pelucones de la región.

Por esos generadores de odio, los intocables, los gerentes propietarios de la libertad de expresión empresarial.

Los que se amanecen atribulados y trasnochados por el pánico al ver que aparece el alba.

Autorizada su reproducción

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