domingo, 18 de enero de 2009

M I N A S

Alfredo Vera.- Quito 18 de Enero, 2009.

Según datos históricos, las primeras extracciones de recursos naturales en el Ecuador se produjeron en pueblos ancestrales en los asentamientos de Valdivia, Carchi, La Tolita, etc. Como en el resto del continente, con la conquista vino una explotación de saqueo, intensa, agresiva y esas minas se convirtieron en el mayor usufructo para el imperio español.

Las primeras extracciones indígenas se hicieron con piedras: los españoles trajeron herramientas metálicas y hoy existe una sofisticada tecnología, con la que se puede evitar daños ambientales.

Aunque convivimos más de 500 años con las extracciones, hoy quieren los antimineros dar a entender que esto es invento del gobierno. Antes había una ley caótica que casi nada regulaba y, en esa materia, la selva era más ordenada.

Todos los participantes en los procesos mineros clamaban porque se expidiera una nueva ley que pusiera en orden la actividad, empezando por casa, para poder tener derecho a frenar los abusos de los de afuera.

Pero a la hora en que la nueva ley toca o afecta algún interés particular los afectados ponen el chillido hasta el cielo y se convierten en “grupo social” para oponerse a fin de que subsista la ley anterior en la que cada uno hacía de las suyas, al estilo de la regalada gana.

Está claro que hay dos tipos de opositores a la nueva ley de minería:

a) los románticos, fanáticos ecologistas, terroristas mentales, egoístas intransigentes, adoradores sectarios de la virginidad, que estarían pletóricos de felicidad si no se toca una hoja o una abeja, y en cuya balanza de valores prefieren a la fauna y a la flora, aunque los seres humanos se mueran de hambre.

b) los que pierden privilegios, canonjías y facilidades para destruir la ecología; afectar el ambiente (el medio y el otro) y saquear la riqueza nacional sin dejar ni migajas para el Estado.

Ambos cuentan con el inmoral e impúdico apoyo interesado de algunos medios de comunicación que asumen en toda circunstancia el rol de opositores al régimen que promueve la regulación del sector minero y de otros.

Cuando paralizan el tráfico en Azuay y la policía despeja las vías y resulta que el único herido es un médico policial y el único torturado es otro oficial de policía secuestrado, el histerismo comunicacional miente al presentar a las víctimas como victimarios.

Si apenas 8 indígenas se declaran en huelga de hambre en la Catedral y 10 señoras se encadenan en un parque de Cuenca, las televisoras, la prensa y la radio que están embarcadas en el destartalado carromato de la oposición, multiplican el escándalo a ver si pescan en aguas revueltas.

Minas y explotación de recursos naturales hubo en la Unión Soviética y hay en Cuba, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Paraguay, China, Albania, Norcorea, Viet-Nám (es decir los países con regímenes ideológicos izquierdistas); también hay minas en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, etc. (países sin mayor definición ideológica) y las hay en USA, Comunidad Europea, Tigres Asiáticos (para los que se les caen las babas por el capitalismo).

Los tremendistas opositores a la Ley de Minas, por intereses bastardos o por pasiones retorcidas y politiqueras, quieren que Ecuador, paisito pequeño con el 70% de población en nivel de miseria, sea el primero en el mundo que renuncia a la posibilidad del buen vivir para su pobre pueblo, con tal de satisfacer esos fanáticos dogmas.-

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