LAS OREJAS DEL LOBO

Alfredo Vera.- Quito, Enero 13, 2008.- Cuando aparecen las orejas del lobo entre las apacibles e inofensivas ovejas ciudadanas, se debe tomar precauciones, porque significa que la guerra anunciada se avecina y se siente a todo nivel el estallido desorientador de las armas predilectas de los depredadores fascistas: las que se desparraman por los medios de comunicación, propiedad de los insaciables poderes financieros locales y universales.

La urgencia del combate, porque los hechos se precipitan como en catarata, los aturde y los vuelve burdos pues creen que las ovejas no piensan, no tienen memoria, carecen de sensibilidad y se las puede manipular.

Pasan de lo subliminal a la carnicería directa.

A pocas horas de que en las elecciones de Estados Unidos, el mulato Barack Obama adelanta en unas primarias, la CNN en español muestra una colección de personajes de raza negra, africanos de cepa, de Kenya, diciéndoles con imágenes y sin palabras a los gringos, “este es el negrerío que va a gobernar a la raza blanca”.

Y ya por correo electrónico circula un remedo de biografía del “negrantajo que proviene de una familia musulmana”.

El canal internacional “Dysney Chanel” envenena a la infancia divulgando una serie en que el héroe es un adolescente Agente de la CIA y ya mi nieta me dice que esos agentes “son muy buenos y generosos” porque, claro, allí no asesinan a nadie.

En el Ecuador los grandes periódicos, las cadenas de televisión y radios, propiedad de banqueros y todos los que dependen de la publicidad que emana de los poderosos empresarios, desatan una persistente “denuncia” de hechos existentes de una realidad ancestral, de errores que pueden cometerse y cuando no hay eso, inventan cosas como la mentira de que la hermana del Presidente compra un carro de lujo y dizque lo paga de contado.

Al Presidente Chávez intentaron aplastarlo mediáticamente por el supuesto fracaso en su loable intervención para liberar a tres secuestrados, porque es “muy peligroso” que se convierta también en “libertador”, al recibir el apoyo universal para que hable con Marulanda y convencerlo para que su comando guerrillero libere sin condiciones a los demás secuestrados, que nada tienen que ver con la confrontación.

En Guayaquil Nebot y sus muchachos desatan el regionalismo y embaucan ovejas que, por confusión desatada por los mediáticos, no alcanzan a ver las orejas del lobo: ya apareció el bonachón Canciller que entregó la Base de Manta al patrón general; la promotora de la dolarización; los gestores de los crespones negros, símbolo del luto por el atraco bancario que llevó al suicidio a varias ovejitas y a la pobreza a todas las demás.

Por si la memoria está fallando en las ovejas, Correa ya recordó quién era el Gobernador cuando desaparecieron, entre otros, los hermanos Restrepo; apareció muerto en media calle el difamador Pancho Jaime; pusieron la “Placa de la Infamia” a los que denunciamos el atraco de la Perimetral,; cuando era poder ejecutivo el mismo que patentó un original insulto: “!Ven para mearte¡”. Casi todos los insultados y los que constan en la placa, hoy están junto al lobo, que dejó de ser cachorro.

Las mismas orejas del mismo lobo.-

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