miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA LOGICA Y EL SOBERANO

Quito, 1 de Enero 2007.-

Consultados los más grandes expertos en constitución ninguno podrá decir que existe un texto de los que rigen las vidas de las naciones en que haya algún artículo que diga que se podrá convocar a una Asamblea para que formule un nuevo texto que sustituya íntegramente al anterior, al que está vigente.

Sería un absurdo, digno de registrarse en cualquiera de los libros de record que circulan por el mundo

En todas las constituciones están descritas la o las formas en que pueden introducirse cambios o reformas y los mecanismos para que esos cambios entren en vigencia.

En la Constitución vigente desde 1998 tampoco hay artículo alguno que prevea la posibilidad de convocar una asamblea constituyente. El Ecuador lleva una veintena de constituciones y en ninguna ha constado artículo semejante.

Los abogados podrán decir que existen antecedentes o jurisprudencia de que sin un artículejo así, nadie ha podido impedir que tropecemos 20 veces con la misma piedra. Y las constituciones se han sucedido, una tras otra, emitidas por un número equivalente de asambleas.

Pero todas las constituciones, incluyendo la vigente, consignan que en el pueblo está depositada la soberanía de una Nación y establecen la posibilidad de que se consulte a ese soberano pueblo cómo quiere que sea su destino.

Cuando en un país se han tumbado 3 gobernantes (uno por loco, otro por atraco bancario y otro por dictócrata y los tres por corruptos) no debe sorprender que el soberano esté agotado, frustrado y ansioso de ejercer su derecho a escoger el destino de la Nación en que vive.
La década robada demanda una respuesta en que la lógica se imponga a la leguleyada y se consulte al soberano qué decide respecto a la constituyente.-

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